El balance de situación en el mundo de contabilidad es el resumen de todas las posesiones y todas las deudas y el capital de una organización en un periodo contable determinado. En sí, el balance es como una fotografía del patrimonio.
La estructura del balance está dividida en activos y pasivos. El activo recoge todos los bienes y derechos que posee la compañía. Más específicamente, los activos se dividen en inmovilizados, existencias, realizables y disponibles.
En el pasivo se encuentran los fondos propios, exigibles a largo plazo y exigibles a corto plazo. Cada una de las partidas mencionadas incluye un número de sub-partidas. Éstas varían con el tamaño de la compañía, el tipo de sociedad y el régimen de contabilidad.
Sin embargo, no todas las deudas son iguales. Por un lado, tenemos la deuda financiera que conlleva intereses y, por otro, el resto de deuda que no conlleva intereses. Por ejemplo, las partidas recogidas en acreedores comerciales y otras cantidades a pagar. Cuanto más reducida sea la deuda financiera, mejor.
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